lunes, 11 de noviembre de 2013

NO MAS TINTA, NO MAS
Me pide que la escriba,
que sea suya mi mano
en este dolor insano,
y hasta el viento me derriba.
Me fuerza aprisa
con consejos de anciano,
como que deje mis ojos mundanos
sobre el papel de la repisa
NO MAS TINTA, NO MAS
Escuché tu goteo oscuro,
en la piel blanca de tu tacto
bellas figuras y arrebatos
nacidos del lenguaje puro
Entoné cantos en los muros,
valentía y coraje tras varios pactos,
que murieron, como las flores por lo años,
cuando solo la carne, fue mi escudo
NO MAS TINTA, NO MAS
Y en el cielo azul, eres derroche,
te elevas, con la tierra en las palmas,
vuelves si la tibia soledad te reclama
y a su texto pones broche.
Bajo la lluvia y sus reproches,
a ti tinta, te pido sin calma,
baila y posee a mi alma,
pero no más por esta noche
NO MAS TINTA, NO MAS
Guardaste mis lágrimas en una batalla,
y al cielo la arrojaste,
pero, por más que la odiaste,
no la olvidaré, siempre seré su huella.
Y allí en el confín de las estrellas,
callaré para solo quedarme,
moriré allí para que nadie me ame
porque no morí por ella.
Cielo color carmín,
las nubes arden,
pero ya es demasiado tarde
para poder huir,
pero una vez más,
un papel en blanco es escudo
contra ese fuego nocturno,
que hace mis sentimientos llamas,
Hoy, la guerra rutinaria,
entre la realidad y mi folio,
mis sentimientos y su monopolio
resultan en mi alma contrariada.
Dime musa,
¿ Qué es lo que te nace ?
Si esta alma muda
no crece pero se esparce,
pero dime musa,
¿ Cuando tendré reflexiones ?
Si cuando estas desnuda
en mirarte ocupo mis acciones.
Mi corazón, al que escucho,
te ve en las repisas,
en las batallas que perdí en la brisa
pero con las que siempre lucho,
y aunque tenga clavadas mil espadas,
tengo aún esperanza entre las manos,
porque un mal del que se aprenda,
siempre será un bien preciado.
Sigo estudiando mis peldaños,
en mis horizontes llenos de soles,
porque la ilusión es de humanos,
pero la paciencia de dioses.
Sin querer pero sintiendo
alas finas que no atiendo,
aislado en la soledad del escritor
peleando con el silencio y temor.
Viviendo esta vida que me derriba
cuando sólo sea un verso el que me describa.
El árbol de mi parque

El árbol de mi parque,
verde y robusto amaderado
capaz de verlo desde el tejado
siempre tiene algo que contarme.
El resto lo envidian,
alto, como ningún otro,
considerado pieza divina
con la paciencia como mejor logro,
crece y crece sobre el paseo,
en la tierra y asfalto,
que consiguen alto elevarlo
y ver del resto, sus deseos,
pues su corona le permite,
retar al sol en noches de luna,
romper el cielo con su verde espuma,
siempre en el parque.
Sus ramajes en todas direcciones,
paraguas de luces y sombras
abarcas todas dimensiones
aunque no las nombras.
Tus raíces son profundas,
amadas por la tierra que pisas
trayectoria curva describen
lo que las rocas de mi parque deciden,
eres cobijo de flora y fauna,
el más viejo escondite,
de muchas aves eres cuna
mientras mis ojos te persiguen,
marrón tu corteza salvaje,
verde son tus hojas,
que no te abandonan del camuflaje
ni cuando son rojas.
Pero el árbol en mi parque
ve decrecer a los habitantes,
ve morir a sus parientes
sin palabra para quejarse,
mueren asfixiados en la tierra,
sus ramas se esconden
sin ser bienvenidas en la hierba,
por no haber lugar que adornen.
En la soledad de su figura,
su alrededor se derrumba,
condenado por su condición
a la melancolía más absurda,
las gotas del cielo,
entonan tu apagada corteza,
yo procuré quererlo
pero morirá de tristeza
cuando el invierno lo desnude,
deje solo su esqueleto,
morirá de su sollozo sincero
por abandonar su cumbre,
y lejos, estrellas y dioses
serán testigos de que vieron
un jardín nacido a voces,
prospero para cada compañero
que desgraciadamente perecieron
si haber sabido de rencores.

domingo, 22 de septiembre de 2013

No creo en el escenario invencible
pero mil veces me han derrotado
por un entusiasmo loco y desatado
pues hasta los besos con amor son temibles,
y esos recuerdos tan tangibles
que pronto has olvidado
y en lágrimas se han derramado
ahogando mis sueños prescindibles.
No hay auxilio para la pena,
ni en poemas o canciones
que de dolor se envenenan,
ya no quedan ocasiones
ni sangre por mis venas
para un amor que no me corresponde.

..

El paisaje tras mi ventana invita,
su cristal transparente empañado
de agua y luz coloreado
que a mi alma para existir necesita.
Mi ventana amplia se avecina,
paisaje y cielo en su fondo
y un árbol que llena sus contornos
mientras sus colores se discriminan.
Mi ventana, que nunca pudo imaginar
los regalos de este mundo
en su castigo corto y secular,
pero en su rostro mudo
tampoco pudo adivinar
como en sus ojos perdía los segundos.

sábado, 3 de agosto de 2013

.

El fuego escribe en mi cual tiza
que sin pausa ni piedad me devora,
en el silencioso discurso de las horas,
jaula de llamas, mi voz cicatriza.

Ahora no soy del fuego, si no de la ceniza,
me hizo del largo viento sin demora
me hizo de los pétalos de la flora,
y con el tiempo mis restos se rizan.

A la sombra de un árbol viajé
y cuando me consumí, fui ese árbol
sin saberlo, sin ningún equipaje

pues de la vida no puedes tener control,
solo cuélgate de uno de sus ramajes
para bañarte y aprender de su sol.

viernes, 19 de julio de 2013

CENA FAMILIAR

- Ya solo falta mi hijo.
Sonó el timbre.
- Umberta querida, abre la puerta.
Umberta se dirigió hacia ella y la abrió, se podía ver como un joven mal vestido, delgaducho y alto aparecía al otro lado. El paisaje tras él era oscuro, amenazante de lluvia. Pasó el caballero y se cerró la puerta, la luz que abarcaba el pasillo era demasiado triste para el reencuentro familiar que se avecinaba.
- ¡Hijo, que alegría verte!
- Dime madre, ¿Esta aquí Marco Argovic?
- Por supuesto hijo mío, ¿Como no iba a invitar a la pareja de tu hermana?
- Si tus oídos escuchasen más allá de lo que tu hija habla, enalteciendo su figura, Dios sabe que él no se atrevería a volver a mirar esta casa.
- Pero dime ¿Dime como voy a escuchar más allá de lo que mis oídos pueden?
- Cortando la venda de tu ceguera tan pronto como vuelvas a escuchar su nombre. La credulidad, madre, es el peor de los pecados, pues el diablo la dispuso tal como antaño hicieron los troyanos. Veneno por dentro y regalo por fuera.
- Que cosas más horrendas decís. Entrad rápido al comedor pues sois el último en llegar.
Entraron los tres a la sala. Umberta como criada que era se retiró al marco de la puerta, aguardando cualquier orden.
La madre se sentó presidiendo la mesa junto con su marido, mientras que el hijo hizo lo propio donde pudo.
Aquella sala tenía un buen tamaño, con enormes cuadros revistiendo las paredes, excepto en una de ellas en las que había un inmenso ventanal. La sala, en su mayoría era ocupada por una mesa, pero que dejaba el estrechamiento suficiente como para crear un pasillo por donde podían servir los criados. Aquel banquete estaba protagonizado por veinte personas, todos parientes de sangre entre sí.
mientras servían la comida surgió la conversación.
- Y bien hijo ¿ Qué os ha hecho regresar y acudir a esta cena familiar ?
- La pobreza padre, la miseria que a tantos atormenta, pero no a ninguno de esta sala.
- Si a nosotros no nos ha atormentado es porque hemos trabajado y supimos aprovechar bien nuestros recursos, hazme el favor hijo y deja ese mundo, tú no has nacido para ser pobre, deja de ayudar a la gente y cuida más de ti mismo.
- ¿Qué vosotros habéis sabido aprovechar vuestros recursos? Habéis explotado a la gente que os juró fidelidad por encima de sus capacidades, fustigado con el látigo de la avaricia a los hombres que en su día os tendieron la mano sin rencor alguno. Pues a pesar de vuestra actual riqueza, progreso y  potenciamiento, vosotros heredasteis la fortuna de vuestro padre ¿Y a eso lo llamáis saber? Es la inercia del propio mundo, que cuanto más explota a las personas más productos vende. Seguid atiborrados de méritos, rentas y virtudes que no os pertenecen, mientras incubáis el dragón de la codicia en vuestro corazón. Seguid atribuyendoos castillos de fortuna sembrando la muerte allí por donde pasa la lluvia. Pues yo tal vez haya nacido para ser rico, pero no para ser ciego, y orgulloso de mi sentido desprecio todos vuestros tributos.
- Esos sindicatos vuestros os han turbado el juicio y llenado la cabeza de tonterías y utopías.
-¿Y qué más darán los sindicatos? Nosotros no dependemos de ellos. Nosotros, hemos sido capaces de crear un grupo diferente, una asociación en la que somos todos iguales, en la que todos podemos opinar y ser escuchados. Un grupo utilitarista, solidario, que reparte el pan con tanta bondad como hambre se tenga. Y estoy orgulloso, porque eso me aleja, aún más si cabe, de vosotros.
- Dicho esto hijo mío no queda más remedio. Marco Argovic heredará todo mi patrimonio y lo liderará cuando yo sea incapaz de hacerlo.
Marco Argovic estaba sentado a la derecha del padre, ocupando el lugar que debería ocupar su hijo.
- Así que ¿Este es vuestro nuevo vástago? Una persona que se siente el doble de hijo que yo pero que es la mitad de hombre. Ahogará su sangre en el orgullo y cuando miréís dejará de fingir para vivir en sus manos, rebosantes de oro y placer, obtenido a vuestra costa. Cambiará el color de sus ojos para poder observar impasible los tambores que anuncian vuestra muerte y os llorará por los días, como alguien que lo ha perdido todo para envenenaros por las noches creyendo así, que es un hombre sin más frontera que lo que puedan ver sus ojos o abrazar su cuerpo.
- Solo escucho la envidia por encima de tu voz, la incapacidad para gobernar y las súplicas y llanto de un niño que ya lloró demasiado a su padre pero al que no le importa hacerlo una vez más - Dijo Marco Argovic.
- ¿Me hablas tu de envidia, súplicas o llanto?¿Envidia a qué? A un hombre que vive de la carroña que fueron sus sueños, que come a sabiendas del hambre de otros, aspiras angustia y espiras odio. Tú, que ha saber cuantas veces has tenido que llorar a mi padre la tinta de su firma sobre tu patrimonio, a la vez que eras obligado espectador del coste de tus pecados o del castigo de tus vergüenzas.
Eres un político corrupto, una persona sin corazón, cuyo veneno se a medido con el de esta familia por ver cual de ellos es digno de conducir a la próxima estirpe.
- Estas envenenado, tus libros y creencias han hecho de ti una persona deplorable. Eres un saco de huesos, tus principios te llevarán a la tumba junto con tus amigos muertos de hambre.
- ¡Cállate! ¡Silencio! No quiero escuchar eso de ti, pues has llegado a construir una pirámide con los cadáveres de tus mentiras de tal magnitud que ni tu lengua bífida se distingue, a pesar de que con ella podría rayarse el mármol . Yo quedaré mendigo por mis ideales y creencias pero no les doy caza para poder hablar más rápido y enorgullecerme de su muerte colgándome sus cuerpos como medallas. Cuando termines por matar a mi padre abandonarás la política creyendo ser un hombre que lo ha dado todo para meterte como maltratador en este negocio. Y esa será tu jugada maestra ¿Me equivoco? Es deplorable en que tipo de bestias os estáis convirtiendo, pues os secáis las las lágrimas de haber llorado la muerte de vuestros seres queridos con una mano mientras que con la otra recogéis sus bienes.
Al acabar de decir esto, Marco Argovic le hizo una seña a la hija dándole a entender su deseo de marcharse. Acto seguido, ambos marcharon.
Esto último que habló el hijo, lo hizo a gritos mientras la silueta de Marco desaparecía a la vez que a él, un par de criados le reducían y expulsaban de la casa del padre, pues el mismo había dado tal orden.
- Veis, huye porque sabe que tengo razón. Al huir de mi, huye de si mismo, pero todas estas verdades caerán inevitablemente sobre ti en forma de justicia. Te quedarás solo, solo ¿Me oyes? Solo, por siempre solo. y cuando de tu manada de lobos hayas exterminado al último de ellos creyendo que eran tus enemigos, quedará el peor de todos ellos: TÚ. Y entonces, presa de ti mismo, de tus pensamientos y tu sangre, te conocerás a ti mismo. Comerás tus propios dientes y te arrepentirás por no haberte dado muerte con ellos,limarás tus uñas y querrás haberte sometido a la misma condena que impusiste. Y no contento con tu conciencia y asustado por ella, pues será la primera vez que la escuchas, te estrangularás con tu propia lengua colgando de la más alta torre y entonces tu mismo te acusarás de haber sido pasado y parásito de esta sociedad. Y en ese mismo instante, nosotros, los muertos de hambre, te dejaremos caer en las garras de la muerte si así lo deseas.